La tendencia es que las construcciones sean cada día más amigables con el entorno al compás de nuevos materiales y de una nueva conciencia sobre el uso de la energía y el cuidado del entorno. En eso, es fundamental el diseño con un alto nivel de eficiencia y aislación térmica para reducir el consumo de energía y agua; y con ello contribuir a la reducción de la contaminación sumando además bienestar en los habitantes.